¿Y cómo se pone alguien a escribir de la noche a la mañana? Aunque parezca sencillo, no lo es..
Lo primero que hice, como buen principiante, fue prepararme el escenario:
Mientras miraba el cursor, cientos de ideas empezaron a rondar mi cabeza, por lo que decidí minimizar el Word y comenzar por lo primero que hay que hacer antes de realizar una tarea de esas características: planificación, organización y por supuesto, dejarse aconsejar.
Hay decenas de blogs, páginas y otros miles de perfiles de redes sociales que hablan sobre cómo escribir un libro, a cada cual mejor. En mi caso, fui saltando de página en página cual abeja polinizadora, cogiendo de cada una lo que creí necesitar. Visité muchas, pero me guardé dos:
https://www.excentrya.es/35-cosas-debes-saber-escribir-libro/
https://escritorknowmada.com/7-utiles-programas-y-herramientas-para-escribir-y-preparar-tu-libro/
Y cierto es que me ayudaron. Seguí su consejo y también los conocimientos de Clara Tiscar en YouTube para descargarme Scrivenner.
Yo soy usuario de Office desde hace muchos años, pero tengo que deciros que la sensación de confianza que me transmite Scrivenner es diferente al programa de Microsoft con el que tantos quebraderos de cabeza o pérdidas de información he sufrido... pero casi lo más importante, es que quería un programa "especial", "diferente", para desconectar de algún modo del exterior y centrarme en la escritura cada vez que lo abriese y he de deciros que me funcionó a la perfección.
Os pongo el enlace por si queréis echarle un vistazo, y también podéis buscar a Clara en YouTube.
https://www.literatureandlatte.com/scrivener/download
Por cierto, no conozco a nadie de los mencionados anteriormente. Lo he hecho para que sepáis dónde fui "formándome" en mis comienzos... junto con el sabio consejo de otros escritores que compartían sus experiencias por redes, que, como digo, hay muchos y muy buenos, pero no puedo nombrarlos a todos..
Unas cuantas semanas después, tras horas de "formación online" muy productivas, fueron apareciendo en mi escritorio folios llenos de palabras ilegibles, post-it y hojas arrancadas de una libreta llena de tachones que conformaban una historia que empezaba a ser real. Durante el día, los paseos necesarios para mi salud pasaron a ser también paseos inspiradores, aunque he de decir, que el lugar donde me llovían las ideas era en la posterior ducha. No sé qué tendrá el agua después del ejercicio, pero aparte de dejarme como nuevo, revolucionaba mi parte creativa y hacía que tuviese que salir rápido de la ducha para anotar en algunas de esas hojas arrancadas tan improvisada idea.
Y llegó el día, (hablamos de verano '20), repetí todo el protocolo y me presenté en el escritorio, saqué el portátil de entre tanta hoja, abrí mi aplicación de Scrivenner y comencé a escribir.
PD: Leed siempre.
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